¿ES CIERTO QUE TENER INFORMACIÓN SOBRE DETERMINADOS TEMAS EQUIVALE A POSEER CONOCIMIENTO ACERCA DEL MISMO?
Hoy más que nunca las nuevas generaciones de este mundo globalizado al que se enfrentan tienen acceso a innumerable cantidad de información que les presentan los diversos medios tecnológicos cada vez son más sofisticados y esto no quiere decir que por tener tanta información a la mano tengan el conocimiento de la misma. La información por sí sola no produce ningún tipo de conocimiento, para que la información se convierta en conocimiento, se debe comprender, asimilar, apropiar, transformar, saber aplicar y usar en beneficio de los demás haciendo uso de la ética. “según Albin Toffler el conocimiento es infinitamente ampliable. Su uso no lo desgasta sino que, al contrario, puede producir aún más conocimiento”[1]. Por esto el conocimiento no es una característica propia de los medios e instrumentos tecnológicos que cada día están invadiendo más hogares, sino del ser humano en la manera en que se ponga en interacciones dialogales para la construcción de nuevos conocimientos a partir de la selección de la información de la cual se va apropiando.
Preparar a la sociedad del futuro, donde no habrá lugar para la ignorancia, pero si se tendrá el manejo de la información y el conocimiento los cuales son los pilares fundamentales del desarrollo, progreso y mejoramiento de su calidad de vida, es un gran reto que debe afrontar la escuela ya que las personas que no se preparen serán rezagadas y discriminadas porque no tendrán ninguna oportunidad de participar de manera activa en un ámbito social digno, puesto que la mayoría de los empleos no estarán en las empresas dedicadas a la producción de productos o artefactos, sino en el manejo de toda clase de información y construcción del conocimiento, esta será la mentalidad de la nueva generación para crear la riqueza; el poder del dinero pasará a un segundo plano.
“la escuela, uno de los principales agentes educativos, también está envuelta en todo este maremágnum que caracteriza la sociedad de la información. Por ello, debe atender a las demandas sociales que desde distintos ámbitos se realizan. Una de estas demandas es la educación multimedia, entendiendo como educación multimedia aquella que da un uso de las nuevas tecnologías a los alumnos”[2].
En la sociedad actual vemos emerger una nueva generación que antes de saber leer y escribir han pasado por un proceso de socialización con los medios tecnológicos llegando al caso de saberlos manejar mucho más y mejor que los adultos. Los jóvenes a diferencia de sus padres o personas adultas, no presentan miedo tecnológicos, lo cual causa una ventaja generacional, pues aventajan a los mayores y sin lugar a dudas esto está generando un nuevo tipo de ser humano porque modifica los modos de comprensión y entendimiento; por tal motivo la escuela está en la urgencia de darle el reconocimiento que se merecen los medios tecnológicos en el proceso de enseñanza – aprendizaje y no verlos con temor o rechazarlos. Sabemos que toda innovación molesta porque cambia los paradigmas. Un claro ejemplo de miedo a los progresos tecnológicos que ha tenido la humanidad fue la aparición de la máquina industrial, porque según se especulaba, sustituiría al hombre y hasta ahora esto no ha sido cierto ya que es necesario que el hombre la manipule.
La escuela que requiere la generación de hoy debe de tener Características como las siguientes: apertura a las nuevas fuentes de información y conocimiento, propiciar espacios de exploración e invención, capacitación y alfabetización de los profesores en los medios tecnológicos, asumir cambios en el proceso educativo, preparar personas autónomas, criticas, responsables y sobretodo más humanas y conscientes de el buen uso de los medios para no caer en actitudes inapropiadas como las tres caracterizaciones propuesta por Umberto Eco : el borracho, el abstemio y el catador.
El borracho es el usuario no profesional que padece del síndrome de fetichismo tecnológico. Es alguien que ha desarrollado tal relación de dependencia con los instrumentos digitales que ya no concibe la vida fuera de la red: cuando sale al mundo exterior es para visitar un cibercafé, con sus amigos se encuentra en las salas de un chat, vive pendiente del correo electrónico, pasa la mitad del día navegando y la otra mitad rediseñando su página web.
El abstemio aún no es usuario. El temor que le produce una tecnología que desconoce y que amenaza su perfil profesional le hace refugiarse en su confortable tecnofobia. En ocasiones la enmascara ideológicamente, pero no es más que la perplejidad timorata de quien no sabe resituarse en el presente y prefiere la apacible parálisis del pasado.
El catador es el usuario que no ha sucumbido al vértigo provocado por la velocidad del cambio, que ha superado la fascinación y que no se ha estancado en la perplejidad. Utiliza los nuevos medios en función de sus necesidades reales, con sobriedad y con prudencia. Sabe escoger y es consciente de que no puede probarlo todo.
[1]TEDESCO Juan Carlos. Educación y sociedad del conocimiento y de la información. En: revista colombiana de educación. Número 36 - 37. Santafé de Bogotá. 1998. Páginas 139 - 152.
[2] CISNEROS Inés y otros ¿sociedad de la información, sociedad del conocimiento? La educación como mediadora.
por: GUSTAVO ALBEIRO OSORIO BURITICÁ
jueves, 11 de diciembre de 2008
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